Tatiana
23 de junio de 2025
El hotel tiene un ambiente muy acogedor, nos gustó. Está convenientemente ubicado, en una calle tranquila, junto a una calle concurrida. La estación de metro está a poca distancia a pie. El patio es acogedor y fresco, a pesar del calor exterior. En la azotea hay una terraza con mesas, adornada con uvas y flores. La recepción y el restaurante son muy elegantes, una combinación de modernidad y antigüedades, con agradable música europea. Para desayunar, se puede elegir entre cuatro opciones (europea y asiática). El desayuno es delicioso y muy satisfactorio. A tener en cuenta: reservamos una habitación doble de 15 m², pero para dos era demasiado pequeña. No había dónde poner la maleta. Un pequeño detalle: el baño no está en una habitación separada, sino dentro de la habitación, separado por una mampara baja de cristal (como un armario), con la ducha en una esquina y el inodoro en la otra. Una habitación más grande es ideal para una persona. Por lo demás, nos gustó mucho el hotel, gracias a los propietarios por la cálida bienvenida.
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