Al sumergirme en las profundidades, el contorno del naufragio se vuelve más claro, las tortugas marinas nadan a mi lado, la sensación de ingravidez se mezcla con la sorpresa, como si hubiera entrado en un cuento de hadas submarino.
Al hacer esnórquel, los peces tropicales rozan las yemas de los dedos, los corales brillan suavemente bajo la luz del sol, y la frescura del agua marina envolviendo el cuerpo elimina al instante todo el cansancio.