El escenario de 360 grados te transporta instantáneamente al Chongqing de 1949, con escenas históricas al alcance de la mano y una experiencia inmersiva al máximo.
Los actores transmiten con actuación sincera la valentía de los revolucionarios y las esperanzas del pueblo.
Los espectadores de diferentes identidades pueden encontrar una resonancia exclusiva y cosechar recuerdos rojos únicos.