La Gran Muralla de Jinshanling no ha sido restaurada a gran escala y conserva las huellas históricas de la muralla de la dinastía Ming, con torres de vigilancia densamente distribuidas y una gran variedad de estructuras arquitectónicas, lo que la convierte en un paraíso para los amantes de la fotografía.
Aquí se puede admirar en silencio la majestuosidad de la Gran Muralla serpenteando por las cumbres de las montañas. En otoño son frecuentes los mares de nubes, y al atardecer es común encontrarse con el sol dorado bañando las murallas, como un dragón cubierto de rayos crepusculares.
Aventura ligera para los amantes del senderismo: caminata para experimentar el encanto primitivo de la Gran Muralla salvaje.