Un tesoro para los amantes del vino y los aventureros gastronómicos.
Hay que pasar entre los estantes de vinos para llegar al comedor, lo que crea una sensación de "descubrimiento" divertida.
Un centro de experiencias vinícolas con la gastronomía como vehículo. Su principal valor es ofrecer libertad, exploración y el placer de beber con una relación calidad-precio excepcional.