Las fumarolas sulfurosas del valle del infierno de Noboribetsu narran los latidos de la tierra.
En la superficie helada del Lago Tōya, las motos de nieve pasan rugiendo, rompiendo el silencio invernal y dejando tras de sí estelas plateadas.
¡Alimenta a los adorables osos pardos en el Monte Showa Shinzan y disfruta de helados de leche fresca en Lake Hill Farm!