El viaje en general es bueno. Pero Los Ángeles no es tan fuerte como un guía profesional. El conductor no conoce la ruta, el guía no conoce el restaurante. La más desagradable es que el día de la reunión de envío llega 30 minutos más tarde que el tiempo prescrito. Todos los 23 personas la esperan en el salón del hotel como un coño. Muy excesivo.