Disfruta de la arquitectura única de las casas flotantes de Japón, pasea por la hermosa bahía de Ine y siente la belleza de la naturaleza en estado puro.
Desde el mirador del monte Monju, contempla el puente celestial Amanohashidate, que se asemeja a un dragón volador, y disfruta de la serena belleza de la playa y el mar.
Explora el antiguo pueblo de casas con techos de paja, disfruta de la tranquilidad de un lugar apartado y prueba el delicioso helado de leche de Miyama.