Evite las colas para ingresar a las Catacumbas de Priscila, donde generaciones de los primeros cristianos cavaron túneles debajo de la ciudad y enterraron a sus muertos en tumbas excavadas en el propio lecho de roca.
Dirígete a la Iglesia de la Calavera, un espantoso monumento a la muerte cuyas paredes están adornadas con los restos de más de 4.000 monjes.
Explora la Catedral de San Nicolás en Casere, una histórica iglesia subterránea