Observa los detalles de las pinturas coloridas en los techos abovedados de la dinastía Ming, toca las texturas de las antiguas columnas del palacio y percibe la historia a través de los sentidos de la vista y el tacto.
Cierra los ojos por un momento, concéntrate en escuchar la mezcla del viento, el sonido de las campanas y los cánticos budistas, completando así una profunda meditación auditiva.