Con una profunda base histórica de la antigua China, se recrean escenarios auténticos de la próspera dinastía Tang mediante una rigurosa investigación. La corona del emperador Tang sigue estrictamente la regulación de "doce hileras de perlas para el Hijo del Cielo", donde el espaciado y la longitud de cada cadena de perlas de jade blanco coinciden con las réplicas de las colecciones del museo.
El espectáculo tiene como hilo conductor "El banquete del emperador Tang" y conecta escenas clásicas como la danza "Vestido de plumas de arcoíris" y Li Bai bebiendo vino. Además, cuenta con la guía de historiadores durante toda la actuación para garantizar que los rituales y la trama sean fieles a la historia.