Jiushiwanyiwan
3 de febrero de 2025
Temprano esta mañana, mis padres y yo fuimos al Parque Espacial Chimelong con gran anticipación, listos para embarcarnos en una aventura divertida y emocionante.
Tan pronto como entré al parque, me llamó la atención un tobogán altísimo. El tobogán era tan alto como un edificio normal de tres pisos. Era emocionante simplemente mirarlo. No podía esperar a arrastrar a mi padre para vivirlo, pero cuando llegamos, mi padre se echó atrás. Al final, tuve que embarcarme en este emocionante viaje sola. Mientras me deslizaba por lo alto del tobogán, el viento silbaba en mis oídos y tenía el corazón en la garganta. La sensación de los latidos acelerados de mi corazón todavía me hace hervir la sangre cuando pienso en ello.
Después de divertirnos en el tobogán, llegamos al proyecto del submarino de aguas profundas. Sube a bordo del submarino y, mientras éste se sumerge lentamente, el misterioso mundo bajo el mar se despliega poco a poco ante nuestros ojos. A través del cristal de observación, vi las medusas de ensueño. Eran como un grupo de gráciles bailarinas que danzaban suavemente en el agua. También había un pez enorme y muy gordo. En ese momento pensé que si lo convertíamos en un manjar, seguro que sería delicioso. Además, hay varios peces pequeños y delgados que se mueven de un lado a otro entre los coloridos corales, lo que constituye un deleite para la vista.
Después teníamos pensado coger el teleférico y mientras hacíamos cola esperaba con ilusión poder contemplar desde lo alto el precioso paisaje de todo el parque. Pero antes de que termináramos de hacer fila, mi madre nos informó que teníamos que regresar a nuestra habitación a preparar nuestro equipaje. No nos quedó más remedio que marcharnos a regañadientes. Después de volver a la habitación y ordenar un poco, nos dirigimos al Chimelong Food Center para almorzar. Pedimos unas deliciosas gachas, unos fragantes fideos fritos con carne y un delicioso arroz frito. Comimos hasta quedarnos satisfechos.
Después de cenar, fuimos a esperar el autobús para ir a nuestro hotel en Hong Kong. Después de esperar unos diez minutos, el autobús llegó a la entrada del hotel. ¿Quién iba a pensar que este viaje sería tan complicado? Habría costado más de 300 yuanes tomar un taxi hasta el hotel en Hong Kong, pero mi madre optó por tomar el autobús. Como resultado, gastó más de 600 yuanes y tuvo que cambiar de autobús muchas veces. Al final, Tuvo que gastar 60 yuanes en un taxi para llegar al hotel, que se encontraba a dos kilómetros de distancia. Cuando llegamos, nos dimos cuenta de que los taxis en Hong Kong son muy caros. Este viaje fue realmente frustrante.
Finalmente llegamos al hotel. Nos tumbamos en la cama a descansar un rato y jugamos con nuestros móviles para relajarnos. Luego salimos a buscar un lugar para cenar. Después de cenar, tomamos el metro hasta la Universidad de Hong Kong. Solo el viaje de ida y vuelta nos costó casi 72 RMB. Cuando llegué a la Universidad de Hong Kong, no podía creer lo que veía. Una universidad tan grande ni siquiera tenía una tienda de conveniencia. Me pregunto qué inconveniente debe ser para los profesores y estudiantes comprar allí.
Después de regresar al Holiday Inn Golden Mile Hong Kong, descubrimos otra regla ridícula: usar envases de plástico desechables le costará a cada persona HK$10 por día. Afortunadamente, mi madre estaba bien preparada y trajo pasta de dientes, cepillo de dientes y más de una docena de botellas de agua del hotel en Zhuhai. Cuando papá abrió la maleta se preguntó por qué pesaba tanto. Al ver tanta agua no pudo evitar reírse.
Terminó un día intenso y gratificante. Después de lavarnos, nos acostamos en la cama, jugamos un rato con nuestros teléfonos móviles y, poco a poco, nos sumimos en un dulce sueño.
Texto originalTraducción facilitada por Google