Mont-Sant

Honestamente no puedo juzgar las habitaciones, comida, instalaciones, etc porque no tuvimos oportunidad de asistir. Teniamos reserva del 27 al 30/10. La gripe de mi mujer y a las expectativas de lluvia -tristemente superadas por la DANA- desaconsejaban la asistencia y así lo comuniqué al hotel sugiriendo la posibilidad de un cambio en la fecha que ellos consideraran. Según las normas del establecimiento ya era tarde para el cambio por lo que decidimos perder la reserva. Creo que fue la mejor decisión posible y la más acertado probablemente de nuestra vida. Tristemente el hotel no tuvo la menor empatía y se limitó a aplicar el reglamento a rajatabla.

Fuimos a la comida de empresa. Menú cerrado de 50€ y lo único que podemos decir es que pasamos mucha hambre. Una vergüenza que con lo que pagamos nos sacaran una ensalada de tomate, una croqueta y un arroz ( que fué un cambio de última hora, según ellos, un error hizo que no pudieran sacar el cochinillo) que dejaba muchísimo que desear. Los postres…… congelados, mejor no comentar. En definitiva una auténtica estafa. En cualquier sitio hubieramos comido más y mejor. No repetiremos

Francamente, le damos 5 porque no hay más. Todo es fantástico, desde la atención a cada rincón (que son infinitos, tanto dentro, como por las vistas, desde el castillo, hasta el techo de la habitación). Sólo se puede decir GRACIAS y animo para seguir así.

El Hotel es muy bonito, pero está colocado de tal forma que recoge todos los ruidos de la ciudad, motos, tren, sirenas... Mención especial merece que hay un Bar-Terraza al lado que monta fiestas hasta la 1:30 de la madrugada. Nosotros de 3 días pillamos 2 fiestas. Llamamos a la recepción y tan solo nos dijeron que no podían hacer nada, que es lo que hay. Acabamos llamando a la policía local pero tampoco cambió nada. Pagamos una pasta por un hotelazo y nos sentimos como en un camping al lado de una feria.

Es un hotel de 4 estrellas situado en un paraje excepcional con una vista única al castillo. Escogimos un tipo de habitación llamado "cabaña". Esta versión es una habitación de lo más normal que da vista a la zona de vegetación. Nos llevamos una gran decepción, la decoración obsoleta, suelo de cemento gris, mobiliario muy básico, una habitación que no corresponde desde luego a su apelativo ni a la categoría del hotel. El restaurante tiene una buena gastronomía elaborada y original, y la terraza en verano es de lo más agradable. Desayuno variado y abundante, aunque con productos industriales. La piscina es muy pequeña y nos encontramos con una agua turbia. El personal es joven, en general bastante amable, pero a nuestro juicio le faltaba bastante experiencia y "tablas". Aún así es un alojamiento recomendable pero quizás en otra versión de habitación. Hay que pedir cita en Recepción si se quiere visitar el Aljibe.

Buena comida, servicio lamentable, poco más que decir, lo alargó para llegar a los 200 caracteres para reconfirmar lo dicho anteriormente. Además laralalallalalalalalalalalalalalslallsallalalalalalalaalalalalalalalalalalalaallalalslqlalslsllqlwlalslslwlwlwllwlwllqllwlwllqkqkakakkqkqkqkwkkwkskakakskwksllqls