Usuario invitado
29 de febrero de 2024
Aunque el concepto es arriesgado, un hotel dentro de una urbanización, con piscina y jardines compartidos, hemos pasado unos días fantásticos. La remodelación de apartamentos setenteros en habitaciones bonitas, con decoración exquisita, está muy conseguida. Se podrían mejorar algunas cosas, no hay zapatillas y los suelos son muy fríos, no hay amenities, más que lo necesario,(gel, champú, acondicionador y body cream). Cada vez que vas a la piscina y pides una toalla tienes que dejar un depósito de 10 euros, y el room service vale 3,50 cada vez que pides. Pequeños detalles no acordes a un hotel de esa categoría. El día de antes de la llegada me enviaron un mail diciendo que no había parking, que había que aparcar en los aledaños. Después de aparcar en una calle adyacente, y llegar arrastrando las maletas, nos dicen en recepción que si que había parking, que como habíamos hecho la reserva hacía tiempo, no se había enviado el mail correcto. Dejando de lado eso, lo mejor del hotel, Arantxa, Sofía e Isabela, las chicas del spa, simpatía, sonrisas, amabilidad, un placer ponernos en sus manos. Neus, en recepción, y Manuela en el restaurante, un encanto. Todas son un plus en el hotel. Deseando volver...