Usuario invitado
25 de octubre de 2024
EspañolLa primera reserva se canceló debido al peligro de inundaciones. El alcalde paró todo, pero el hotel Sofia me dijo: “¿Reembolso? Nunca había oído hablar de eso”. Segunda reserva: me quedé dos noches… me pareció una semana. ¿La tarjeta de la habitación? No funcionaba. Volví a recepción. ¿La solución? Una llave de verdad, que hacía sonar una alarma cada vez que abría la puerta. La forma perfecta de conocer a todos los vecinos. Volví a recepción porque las pilas del mando del aire acondicionado estaban agotadas. Me sentí como si formara parte de una carrera de relevos. El aire acondicionado solo echaba aire caliente. Sesión de resolución de problemas del aire acondicionado a medianoche con la recepcionista, que pasó 15 minutos “jugando” con el mando. ¿Mi recompensa? Una noche tropical en Wrocław. El hotel está justo enfrente de la estación de tren. Los tranvías, el tráfico y las bocinas me dieron una serenata toda la noche. Las ventanas bien podrían haber sido de papel. Pedí a la recepción que me llamaran un taxi para llegar a mi conferencia. Señalaron una tarjeta de visita como si fuera un artefacto antiguo y me dijeron que llamara yo mismo. ¿El servicio? Inexistente. Básicamente, son un servicio de extracción de dinero camuflado en un hotel. Reflexiones finales: No recomendaría este lugar ni siquiera a estudiantes que se quedan despiertos toda la noche.
Texto originalTraducción facilitada por Google