Usuario invitado
8 de mayo de 2025
La experiencia ha sido inmejorable y totalmente recomendable. El único miedo que teníamos era por la temporada de lluvias, pero no ha llovido nada durante el día, permitiéndonos movernos por la isla y su playa sin ningún problema. El equipo dirigido por Roberto funciona perfectamente, con especial mención a Samuela y a dos de los camareros que nos han hecho la vida mucho más fácil y agradable, Apia y Abdul; de ellos sólo se puede hablar maravillas por su amabilidad, alegría al hacer su trabajo y su trato inmejorable. Se lo dijimos en persona pero lo queremos reconocer públicamente. Y del hotel sólo decir que es lo que uno se imagina para una isla paradisíaca, con sus cabañas mirando al mar y las preciosas zonas comunes. Las habitaciones son muy grandes con todo tipo de detalles y comodidades. Lo único malo, no sólo en la isla sino también en Zanzíbar, es la bajada de las mareas, pero es algo natural y no dura demasiado tiempo.