Usuario invitado
20 de septiembre de 2023
Estuvimos 7 días maravillosos en la isla. Todo fue increible, desde el tipo de isla y su tamaño, el personal del hotel, la playa, el snorkel y buceo, los amaneceres...TODO! Se llega a la isla con un ferry que sale de la isla principal y da servicio a varias pequeñas islas (que es donde está lo bueno). Trayecto corto y agradable, no barato, se contrata directamente con el hotel. Ojo con los horarios, ya que solo hay un ferry al día por cada sentido (nosotros tuvimos que hacer noche en la isla principal de Fiji para tomar el ferry de las 8:15 hacia la isla del hotel. Te recogen y te llevan al aeropuerto sin preocupaciones. Al llegar a la playa, te reciben con un gran BULAAA! (hola!) y a partir de ahí puedes quitarte los zapatos y disfrutar. En la isla solo hay este hotel, nadie más. Dormimos en una amplia habitación (cabaña) pegada a la playa, sin grandes lujos, pero correcta. Con un porche y cama exterior para la siesta y veladas nocturnas. El baño es privado al aire libre, con ducha bajo las estrellas (y bañera, aunque era pequeña y un poco vieja). Existen también otras habitaciones más económicas (a modo de grandes tiendas de campaña, con camas y literas) muy válidas para presupuestos contenidos y grupos de familia o amigos. El baño en este caso es comunitario, al lado, muy bien equipado y con varias duchas y aseos. El restaurante es tipo bufet, variado con verdura, pasta, carnes y pescados, también postre (solo en la cena). Muchos sabores locales muy buenos y siempre atendido por el personal con una sonrisa. Al lado tienes el bar donde puedes tomarte bebidas al amanecer, atendido por los siempre simpáticos camareros (saludos Ellis!) Y también al lado, 3 pequeñas piscinas, que no son gran cosa, pero para un pequeño chapuzón valen. (una piscina más amplia y de tipo infinity en ese mismo lugar estaría espectacular por las vistas que tiene). Detrás hay unas escaleras que te llevan a una plataforma de madera con un banco desde donde se ven unas puestas de sol espectaculares (cada día diferente) La playa es de arena fina, amplia y sin problema de espacio para poner la toalla. Puedes darte paseos sin cruzarte con nadie. Desde la orilla se puede hacer un increible snorkel. Si no llevas equipo propio te prestan aletas y máscara gratis. Recomiendo salir por el canal de acceso de las barcas y ver el arrecife por fuera, el agua es transparente, no hay corriente y se puede ver multitud de peces y espectaculares corales a pocos metros, incluso algún pequeño tiburón de arrecife curioseando que saldrá corriendo en cuanto te vea. Y lo mejor es el centro de buceo propio en el mismo hotel, desde donde organizan una de las mejores inmersiones que he podido hacer hasta la fecha como buceador ocasional: buceo con tiburones toro. Se puede hacer también por buceadores no certificados sin ninguna experiencia (te explican todo y apenas se baja en profundidad). Es un espectáculo que no hay que perderse, vale muuuucho la pena! (yo bajé con mi hija de 14 años). Les dan