Usuario invitado
1 de marzo de 2024
Elegimos Vogelkopf basándonos en las *********** críticas, todas elogiando la disponibilidad de Brazel, el propietario, la calidad excepcional de las comidas, los atractivos de un hotel que abrió hace solo 4 meses... Creíamos que estábamos soñando… porque teníamos pesadillas. El hotel es ciertamente nuevo pero ya parece estar sufriendo el paso del tiempo. Ningún mantenimiento en ningún sitio, jardín abandonado... lo cual se explica por un personal merecedor de un lugar en el Libro Guinness de actitud de me da igual. Las comidas son una estafa total. Bajo la cobertura de pensión completa, nos obsequiaron con platos miserables mañana, mediodía y noche (sopas en forma de agua caliente, cinco judías verdes, tempeh o soja nadando en aceite o recalentadas del día anterior, trozos de sandía guardados en el frigorífico de una comida a la siguiente... todo era del mismo estilo... el dinamismo del "chef" explicaba muchas cosas...). En realidad también entendimos que el propietario, Brazel, decide los menús y opta por los productos más baratos, servidos repetidamente…. ¡¡¡A 120 euros la noche!!!! Podríamos haberle reclamado pero al día siguiente de nuestra llegada nos enteramos de que se había ido dos semanas a Yakarta. Dejando a su formidable personal para que hagan lo que mejor saben hacer: tocar la guitarra y dormir en habitaciones desocupadas. A este paso no damos muchas esperanzas para el futuro de este resort. ¡Lo peor está por venir! Lástima... en medio de esta crisis, un pensamiento sin embargo para Adya, la única miembro del personal que ha mostrado preocupación por nuestro destino. Sus cualidades nos hacen esperar que pueda utilizarlas en otras áreas. En resumen lo habréis entendido: ¡HUIR! Nosotros
Texto originalTraducción facilitada por Google