Masia Sagués

Sitio muy bien ubicado cerca del Monasterio de Poblet Lo mejor sin duda la familia que lo lleva. Cercanos y amables. La comida en el restaurante muy bien hecha. Se nota el cariño que le ponen. Las habitaciones correctas y la piscina también. Para recomendar.

La parte buena: el personal amable, la terraza del restaurante agradable y la comida buena, nos regalaron una botella de vino cosa que agradecemos. La parte mala: aunque éramos tres adultas sólo quedaba disponible el apartamento "de luxe" ( para 6 pax) que de lujo tiene poco y me explico: La habitación para cuatro es muy pequeña y sin ventana, con dos literas, tres de los cuatro colchones incómodos, su armario sin barra para perchas. La habitación de matrimonio tiene vistas a un tejado con algún escombro, la cortina arrastra un palmo y las mantas necesitarían renovarse. La cocina es amplia pero los armarios sucios, con tiradores rotos, utensilios insuficientes, la mesa es muy pequeña. El lavabo huele mal y los tapones de desagües de la pica y la bañera están estropeados. En el salón mesa grande con hierro inferior salido, lámpara llena de polvo rota y sin bombilla al igual que en la terracita, una pena que esté tan dejada. En la zona de piscina los cojines de las hamacas están muy sucios y la única sombrilla totalmente rota. Todo esto por el módico precio de 546 euros las dos noches, que, aunque tenga capacidad para 6 considero un precio totalmente exorbitado teniendo en cuenta el pésimo mantenimiento.

Un sitio muy bonito con la comida pésima había un menú de 25 eu hemos pedido ensalada de queso de cabra y parrillada que era surrealista pues consistía en dos trocitos de panxeta y un trozo de butifarra negra que no sabía bien hemos devuelto los platos después no nos querían cobrar pero no buscamos que no nos cobren sino que queríamos comer bien al final hemos pagado la mitat del menú.