Usuario invitado
2 de agosto de 2022
Como Pazo he de decir que es una experiencia el dormir bajo siglos de historia, pero una historia acompañadas de 4 estrellas que no se ven por ninguna parte. Cogimos una suite que pensábamos tenía terraza, en nuestro caso tuvimos suerte ya que tenía una terraza enorme, podías salir por la habitación o por el baño, Justo encima de recepción, planta 4, pero tenéis que saber que no todas las suite tienen terraza, por lo que el pagar más no os garantiza disponer de un balcón. Tanto el baño como la habitación amplios, el mando de la tele debería ser revisado a nivel de pilas, cambiar de canal era una tortura China. Cuando llegamos tanto el aire como la nevera estaban apagados, lo cual se convirtió en una tortura ya que estaba dando el sol y Justo después de comer no era agradable, en un 4 estrellas se espera al cliente con el aire y la nevera encendidos y dos botellitas de agua frías, no sobre una estantería a temperatura ambiente. La llegada a la recepción también nos pareció decadente, normalmente te entregan la llave de plástico con una funda donde pone el número de habitación, solo al decir que si tenía que memorizarla y verme que iba a apuntar el número en el móvil, nos dieron el cartón con el número de la habitación. Un detalle que llama mucho la atención, es que ves al mismo personal en el desayuno o, en la recepción, en el bar, por la mañana, por la tarde por la noche, así pasa que cuando vas al bar a tomarte algo en la terraza tienes que entrar y tocar un timbre para que vayan, este detalle de tantas horas de trabajo es… llamativo, pero desconozco sus contratos, por lo que nada más diré por aquí en relación a este tema. Una persona encantadora como pocas, fue María, la verdad es que una maravilla de trato de atención al cliente, cercana, amable, simpática, profesional. Otras camareras nos dejaban literalmente abandonados en la mesa sin acercarse por si habías muerto por un golpe de calor y no tener bebida, pero María era todo lo contrario, un 10 para ella. Y ahora vamos con la comida del “chef”. Programas como máster chef han hecho mucho daño, ahora la chaquetilla De cocinero se la pone cualquiera y nuestra recomendación sería que viajase más, es suficiente con salir a otros locales y probar sabores. Jamás he probado una comida tan sosa y simple. Desde una ensalada de pasta que parecía preparada para alguien con problemas digestivos por lo pobre de su sabor y el exceso de pasta, como un sandwich Pazo que era triste y aburrido, en los VIPS los hacen mucho mejor. Y la paella, ayer nos atrevimos y el atrevimiento es osado, como marisco buena calidad, como sabor un arroz amarillo sin más, no tenia el sabor de la paella De marisco. Si pides la misma Carne un día uno y otro el segundo día las cantidades serán diferentes, dicen que las pesan, me permito dudarlo, para prueba más fotos. Si pides huevos rotos, te ponen uno con la yema cocida, por lo que ya romper lo que se dice romper, nada, si ya en unos huevos fritos hacemos esto, mal vamos y le quit