Usuario invitado
27 de octubre de 2024
Una buena noche en este pequeño hotel, situado en Vilaflor, un pueblecito muy coqueto por el que hay que pasear y perderse entre sus pequeñas calles. A veces arriba, a veces abajo del mar de nubes.
El hotel es armonioso y dividido en 3 sectores.
Las zonas comunes son muy bonitas. También hay una zona de solárium y equipamiento deportivo al aire libre.
El restaurante anunciado sólo sirve desayuno, que lamentablemente termina a las 9:30 am, lo cual es, en mi opinión, un poco temprano. La elección es bastante limitada, e incluso si te encuentras con una persona muy educada, no hay nada más que esperar. Tenga en cuenta que algunas frutas son producidas por la Finca (peras, manzanas).
Las habitaciones con vista al mar dan al mar, pero para llegar a la terraza hay que pasar por delante de todas las demás, lo que puede ser un poco perjudicial para la privacidad. Estaba al final, me molestaba menos.
Las habitaciones son modernas y elegantes, la mía tenía una cama grande muy cómoda. Qué poner sobre dos somieres separados, lo que crea un ligero hueco en el medio. Buen equipamiento (hervidor de agua, nevera, TV grande, etc.). El baño sigue la misma línea, con una bonita decoración en blanco y *****. Desafortunadamente, durante mi estancia, el agua estaba fría por la noche y apenas tibia por la mañana.
La recepción es buena y hay alguien allí todo el día. Es posible.
Una bonita dirección.
Texto originalTraducción facilitada por Google