Siren丁香
8 de julio de 2024
La ubicación es inmejorable para nosotros. Llegamos a Viena tarde por la noche y no queríamos complicarnos con el transporte público a medianoche con un niño y equipaje. El Mercure está literalmente a solo unos minutos a pie de la terminal de trenes del aeropuerto, precisamente por eso lo elegimos. Hay dos estaciones de metro a poca distancia, al igual que las estaciones de tranvía. Hay muchas tiendas, restaurantes, supermercados y un centro comercial cerca (y también la estación de tren).
La habitación es limpia y espaciosa, y tiene todo lo necesario. Lo que más nos gustó fue que había dos mantas, así que no tuvimos que pelearnos por ellas.
El único inconveniente fue que no había agua caliente en la habitación. Cuando fui a recepción (dos veces), me respondieron que tenía que buscarla yo solo y que probablemente el flujo era lento. Tuve que dar una vuelta para encontrar a un miembro del personal que me confirmara que no había agua caliente. Me dieron acceso a la habitación de al lado para ducharme, pero aun así, todo el incidente nos dejó un mal sabor de boca.
Texto originalTraducción facilitada por Google