Usuario invitado
15 de agosto de 2024
En general hemos estado bien y decir que tiene mucho encanto el hotel. Habitación amplia y baño también amplio. La limpieza está bien, pero debajo de la cama encontramos calcetines que no eran de nuestros hijos, pasada la tercera noche de hospedarnos. La atención muy buena por parte del personal. Muy amables. Desayuno acorde a lo que pagas y todo muy rico y casero. Zumo recién exprimido (riquísimo), embutidos, tomate recién rayado, pan del día y crujiente, bollería del día y muy buena, variedad de yogures, un bol de fruta (melón) y frutos secos o miel. En general la comida exquisita y buena. Lo malo ha sido el ruido constante las 4 noches que estuvimos en el hotel oyendo las campanas de la iglesia. Se oyen cada 15 minutos (cada cuarto) y después al llegar a y punto, según sea sonaba cada hora. Podéis imaginar al llegar a las 5, 6 y 7 de la mañana teniendo niñ@s en la habitación. Podrían plantearse poner ventanales más gruesos, tipo climalit para aislar el ruido. Hacer mención también al bar de abajo (no es del hotel) que están hasta las 12 ó 1 de la mañana abierto y dormir se hace complicado porque se oye todo los gritos de las personas en la terraza. Y NO hay aire acondicionado en ninguna habitación. Pasamos bastante calor ya que ponen un ventilador de pie y sinceramente con 30 grados es INSUFICIENTE. Sí además vas con niños o personas con dolencias cardíacas pues no resulta agradable estar en la habitación, sí tienen puesto el aire en el hall (único sitio del hotel donde tienen aparato de aire acondicionado)