El peor hotel (por llamarle algo) en el que he estado con mucha diferencia. Lo único positivo es la ubicación. Lógicamente, por ese precio, no nos esperábamos grandes lujos, simplemente un sitio cómodo donde dormir. Lo que desde luego no nos esperábamos es el nefasto trato del personal y el inexistente servicio de habitaciones. En primer lugar y tan pronto llegamos, la habitación no estaba preparada, por lo tanto, tuvimos que ir a dar una vuelta por la ciudad hasta que estuviera lista. En segundo lugar, el gerente/trabajador del hotel, nos exigió el pago de unas tasas no mencionadas en ningún momento en la reserva, la cuál ya indicaba que el precio era con tasas incluidas. 48 euros. Preguntamos sobre la naturaleza de esas tasas, y no nos supo responder absolutamente nada, de hecho, reaccionó de una forma muy maleducada y agresiva. A pesar de no podernos aclarar el motivo de tener que pagar esas tasas , nos dispusimos a pagar, pero su TPV/DATÁFONO, debía de ser de decoración, ya que con ninguna de las 4 tarjetas con las que probamos funcionó. Le dijimos que no teníamos efectivo para pagarle a lo que reaccionó todavía peor, la situación se puso desagradable y terminó diciendo que le pagarámos en otro momento de la estancia. Pasamos a las habitaciones, la habitación en si, no estaba mal, sencilla, sin grandes lujos, pero lo que esperábamos por el precio. El baño era compartido, lo cuál ya sabíamos, pero había un solo baño para una planta de 4 habitaciones grupales, con lo cuál tenías que esperar bastante tiempo para poder usar el baño ya que siempre estaba ocupado. Pero bueno, sin más importancia. La calefacción no funcionaba, por lo que pasamos bastante frío por las noches, el servicio de habitaciones inexistente, no llegaron a cambiar ni las toallas. Lo unico que hicieron fue vaciar la papelera. Finalmente, decidimos que no ibamos a pagar las tasas a no ser que nos demostrara con algún documento oficial o bien del ayuntamiento que esas tasas son requeridas obligatoriamente. Sobre todo, después de la incómoda estancia, la cuál era aún más incómoda, pues este señor, se dedicó varias veces a petar en nuestra puerta mientras estábamos descansando para venir a reclamar el dinero. El último día, le dejamos las llaves y le inforamos que no estábamos dispuestas a pagar lo que nos pedía sin ninguna justificación y sin saber para qué teníamos que pagar esos 48 euros. Siguió sin darnos ninguna justificación, se puso cada vez más agresivo, grtando y señalando con el dedo. Lo más subrealista e indignante llegó, cuándo el susodicho dijo que iba a llamar a la policía, a lo que le respondí que encantada, así la policiía me podría verificar si esas tasas son legales. Llamó a alguien por teléfono y me pasó el móvil para que hablara con esa persona. La persona en cuestión decía ser una autoridad del hotel, le dije que lógicamente no me podía fiar de una persona al otro lado del teléfono que podría ser cualquiera, que si realmente era la policia por favor, se pe
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