Usuario invitado
7 de mayo de 2022
Este establecimiento se resume en una palabra: VALENTINA. Impresionante el trato y la amabilidad que tiene a cada uno de sus huéspedes. Hay que partir de 2 premisas al alojarte en Venecia: no es barato, si quieres precios más "europeos" no te alojes en la propia Venecia, sino en el continente. Por otra parte, este no es un Hotel al uso, es más como una casa, donde vas a tener tu propia habitación y un trato completamente personalizado, cosa que se agradece de verdad. La situación inmejorable. Lleva un tiempo aclararse con el laberinto que son las calles en Venecia, pero una vez hecho te das cuenta que al salir del hotel girar a la derecha al fondo del callejón y otra vez a la derecha y ya estás en Plaza San Marcos, es un lujo increíble. Y subiendo la calle del hotel, en menos de 5 minutos ya te encuentras en el Puente de Rialto. Pero como dije antes, un caso aparte es Valentina, la perfecta anfitriona. Siempre atenta para que no te falte de nada. Incluso, al llegar, al ver que ese día no podía darnos la habitación que quería (incluyo fotos de la espectacular habitación que disfrutamos 2 noches) nos regaló el desayuno. Sin duda, si volvemos a Venecia no tenemos que buscar más. Repetiremos aquí seguro