Hotel Olid

Buena ubicación,habitaciones amplias y camas cómodas

Después de haber reservado un viaje con el Imserso, vimos nuevas críticas negativas en TripAdvisor y nos mosqueamos un poco. Esta es nuestra contribución. La situación es excelente, en la zona antigua de la ciudad y con acceso a pie a los principales puntos de interés. Tiene garaje, si fuera necesario. El hotel tiene sus años, pero está bien mantenido; por eso mismo luce profusión de mármoles y una barandilla y otros detalles de fundición que son una obra de arte. El personal es amable y eficiente. Las habitaciones están puestas al día y son confortables; las pares dan a la calle y gozan de un agradable sol de invierno; las impares dan a un patio interior y son más tranquilas. Los baños, noventeros, están trotados, pero perfectamente mantenidos (no huelen a desagüe ni a moho, todos los grifos funcionan, no gotean, hay tapones…). Elevado nivel de limpieza. Entiendo que en un viaje organizado se coma y cene a horas fijas y que los puestos en la mesa sean fijos también. La comida está en un nivel medio (plato de cuchara, buffet de ensalada, dos segundos con guarnición…). Como sorpresas agradables, el vino de la casa, bueno a pesar de no tener denominación de origen, las verduritas en tempura, las carrilleras o el perolo de yogur natural. Dejo lo peor para el final: el desayuno. Café, zumo, queso y embutido muy normalitos. No es admisible que en un Programa de Envejecimiento Activo falten la fruta, el yogur, los cereales o el pan integral. Vale que nos guste la bollería, pero vaya. El personal confesó que estaba contratado así; en ese caso, toque de atención a Turismo Social.

Es un hotel prácticamente perfecto, de acuerdo con mis gustos: - Céntrico: a la Plaza de la Fuente Dorada, que es el mismo centro, 2 minutos andando y en esa misma plaza, puedes llegar en bus desde la estación de tren y coger el bus, para otras partes de la ciudad. También está al lado el teatro, andando hacia la izquierda. Además, por si acaso, está pegado a un hospital privado que tiene urgencias. Enfrente, se puede comprar prensa y lotería y productos típicos y a ambos lados, bares y restaurantes con menú y raciones. - Exterior: Tiene una fachada que da a la Plaza de San Miguel (a donde me dieron la habitación, según pedí, con unas vistas fenomenales desde la sexta planta) y por la otra fachada, toda da a la calle principal (tiene 7 alturas). Vi algunos carteles en comercios, de vecinos reclamando silencio nocturno para el barrio. Yo estuve de martes a viernes y salvo la noche del jueves, que oí lejanamente a gente joven sobre las 5 de la mañana hablando alto, el resto de días no tuve problema ninguno y me suelo despertar con cualquier ruido. - Amplio: no es el típico hotel de ciudad pequeño encajado entre otros inmuebles, sino que ocupa una manzana. Tiene restaurante con menú del día, algo (no mucho), más caro que los alrededores y tiene cafetería con televisión, además de garaje y salones para reuniones. Creo que este hotel perteneció a una importante cadena hotelera mundial en su día. - Habitaciones amplias y pasillos enmoquetados: la habitación con cama grande y pasillos muy limpios y elegantes. Muy bien la tendencia de los hoteles a suprimir los botes pequeños de gel, champú y demás y a dejar el minibar libre de productos poco útiles y caros y poder dejar nuestras cosas refrigeradas, con un par de botellitas de agua de bienvenida, que al hotel no le cuesta nada y te vienen muy bien, según llegas. Lo único que cambiaría y que ya le viene ocurriendo a estos hoteles, con solera es: - Televisión mas grande y moderna, ya que es un poco pequeña, para lo que estilan ya los hoteles y que suelen tener acceso a plataformas de vídeos gratuitas, mejor imagen o ya con 4K (algún canal público, empieza a emitir en esta resolución y los canales que lo tienen, no se ven porque la televisión no tiene esa tecnología). - Plato de ducha, por dos cosas: seguridad y ahorro de agua, además de más amplitud para el aseo.