Usuario invitado
7 de julio de 2022
No se lleva un 5 por una única razón: tuvieron un error en la reserva y esta coincidió con un campeonato de ajedrez, por lo que al llegar nos dijeron que nuestra habitación no estaba disponible. En ese momento empezó una inesperada gymkhana por toda la isla para encontrar un sitio en el que quedarnos (sin exagerar, nos enseñaron hasta 5 hoteles distintos), llamadas a nuestro agente de viajes incluidas. Lo que hasta ese momento había sido una luna de miel de ensueño (por Sri Lanka) se convirtió súbitamente en una experiencia muy desagradable, hasta que un día y medio más tarde pudieron ofrecernos una de las habitaciones del propio Ostrov que había quedado libre y se ajustaba más a lo que íbamos buscando (aunque seguía siendo peor que la habitación que habíamos reservado). Mi pareja lo pasó fatal durante este proceso, ya que distaba mucho de la luna de miel ideal que teníamos prevista. No le doy menos puntuación porque, a pesar del error garrafal por su parte, su actitud fue ejemplar en todo momento. Hathim movió tierra y mar para intentar arreglar el desaguisado, y cuando por fin lo consiguió el resto de días fueron un cuento de hadas. Las excursiones que ofrecen son idénticas a las de los resorts, y la comida, aunque poco variada debido al tamaño del hotel, es deliciosa. Las tres personas que trabajaban en el hotel fueron extremadamente amables con nosotros en todo momento, saludando siempre con una sonrisa en la cara y facilitándonos cualquier petición que tuviéramos. Es una pena que la mancha del primer día oscurezca lo que seguramente habría sido un 5 para esta valoración. Ukulas es una alternativa muy, muy buena a los precios prohibitivos de los resorts, si uno está dispuesto a prescindir del lujo superfluo de estos. Entiendo que, como nos aseguraron desde el hotel y desde nuestra agencia, esta situación con la que tuvimos que lidiar es algo que no ocurre de forma habitual, así que sin duda lo recomendaría a cualquier conocido que quiera ir a las Maldivas.