Usuario invitado
26 de noviembre de 2024
Pasar unos días en Hacienda Wakax fue una experiencia increíble. Desde que llegas, te sientes en un oasis en medio de la selva, rodeado de naturaleza y tranquilidad. Es de esos lugares que te hacen olvidar el estrés. Las habitaciones son cómodas, espaciosas y muy bien decoradas, con un estilo que respeta el ambiente natural. El equipo del hotel es maravilloso. Todo el personal es súper atento y amable, siempre con una sonrisa y dispuestos a ayudarte con cualquier cosa. Realmente te hacen sentir como en casa. La comida merece una mención especial. Cada plato que probamos estaba delicioso, con sabores muy auténticos y productos frescos. Se nota que le ponen mucho cuidado a cada detalle, desde el desayuno hasta la cena. Pero lo que más me enamoró fueron los cenotes dentro de la propiedad. Poder nadar en esas aguas cristalinas, lejos de las multitudes, fue algo único. También hicimos paseos en bici y nos relajamos con una clase de yoga. En resumen, Wakax es el lugar perfecto para desconectar, disfrutar del entorno y recargar energía. Me fui con ganas de quedarme más tiempo y, sin duda, espero volver pronto.