BurakFici
20 de agosto de 2023
El hotel es muy pequeño, boutique, poco concurrido y equipado con todos los lujos. El personal está dispuesto a ayudarle día y noche.
El servicio es bueno, pero el personal es tan servicial y sumiso que casi resulta incómodo.
El desayuno es a la carta. Tienes dos opciones cada vez, muy variadas y con opciones saludables.
Tanto la playa como la piscina son muy accesibles. Si lo deseas, el hotel también dispone de instalaciones adicionales como snorkel con guía (incluido). Sin embargo, el hotel tuvo muchos problemas con las algas en la playa cuando estuvimos allí (en julio). Es poco lo que pueden hacer al respecto. Se limpia periódicamente, pero las algas acumuladas se guardan justo al lado de la playa y luego se eliminan.
La ubicación es complicada. Por un lado, muy apartada y en una playa tranquila y con suficientes instalaciones. Por otro lado, si buscas más variedad y no necesariamente quieres recurrir a los restaurantes de los hoteles "de lujo" de los alrededores, también tienes que hacer un esfuerzo. El centro de Tulum está a quince minutos en auto, lo cual no es un problema, pero el camino de acceso a la franja hotelera es extremadamente accidentado y lleno de agujeros profundos. Tienes que hacer un esfuerzo para salir de allí. El aeropuerto también está a 1,5 horas en coche, con mucho tráfico en la playa incluso temprano en la mañana (7 a.m.).
Si se quiere utilizar el restaurante, la relación calidad-precio es discutible. Pensamos que era muy caro porque pagabas 20 euros por cócteles muy sencillos en vasos de plástico o hamburguesas. Si no te importa, puedes pedir que te traigan todo tipo de comida a tu habitación.
Y finalmente, todo el entorno parece más lujoso de lo que es. Para la relación calidad-precio cabe mencionar que pequeños detalles como el televisor que no funciona correctamente o una conexión a internet lenta sí cobran importancia.
Texto originalTraducción facilitada por Google