Usuario invitado
23 de agosto de 2024
Lo mejor de nuestras vacaciones! Mi marido y yo buscábamos un lugar seguro para alojarnos con nuestros hijos adolescentes, huyendo de los grandes hoteles del todo incluido y turismo de masas, y descubrimos este hotel boutique de 9 habitaciones perfectamente integrado en la naturaleza (entre la selva y la playa) con una arquitectura que invita a desconectar y al descanso. 8 habitaciones están sobre la arena de la playa, y la novena habitación, también con vistas a la playa, cuenta con un solárium privado con una tina (pequeño jacuzzi) donde se disfruta de una vista de 360 grados que integra la selva y la playa, con unos amaneceres maravillosos. La playa, de una gran longitud donde dar buenos paseos, es de arena blanca y fina, y de aguas calientes y transparentes. Por las noches llegan a la orilla algunas algas (sargazo) que son recogidas antes de las ocho de la mañana por el personal del hotel para q cuando salgas a la playa la encuentres totalmente limpia. Todo el personal muy amable, entre ellos Jeronimo que nos ayudó a contratar los taxis para las excursiones, y nos atendieron siempre con una sonrisa tanto en el beach club como en el fantástico desayuno q capitanea Carlos (el cual nos dio algunos consejos y secretos para conocer y disfrutar aún más de la zona..). Deseando volver!