Balneario de Trillo - Carlos III

El balneario genial. La reserva con trip.com fabuloso y sencillo

Llegamos antes de la hora indicada y aún así nos atendieron y nos dieron la habitación sin problema. La habitación limpia y amplia pero hay que decir que se oye perfectamente los ronquidos de la habitación de al lado. El balneario cumple con lo indicado y es bastante agradable. En cuanto a la cena: nefasta. Comida de muy baja calidad. Congelados y refritos dignos de un menú infantil. El desayuno no estaba mal en cuanto a variedad.

Decepción total ,esto de balneario tiene lo justo ,será por las supuestas aguas medicinales ,es un Spa y de los malos ,pequeño en mal estado no funciona la mayoría de los chorros ,todos mirando el único chorro que funciona desde los laterales y cuando está vacío una carrera desde todos los lados hacia el mismo !! Cuando llegas todo el mundo te mira con cara de “venga que llevas dos minutos “. Los accesos a personas con movilidad reducida son mínimos , Vas a reservar un masaje y no hay ninguna hora libre ,de que vale venir a un “balneario “si no tienen huecos para darte un servicio ? Por lo visto solo hay dos fisios ,se ve que hay poco personal , aunque son pocos son resolutivos y muy agradables Pero vamos ..que si venías buscando un balneario ,tipo Arbedillo,Alange etc ,no vengas hasta aquí ,cualquier spa de tu barrio o ciudad seguro que tiene mejores servicios

Experiencia fatal Taquillas rotas Atencion cliente abandonados Aguas termales con falta de chorros por no funcionar Comida nefasto,poca y mal cocinada No vuelvo mas,caro y mal atendidos Instalaciones no muy limpias Masaje se puede decir que regular

Es una casa de colonias mas que un hotel. Comida, cena, desayuno buffet. Gritos. Oigo al vecino roncar. El cabecero de la cama está tumbado, roto. Calefacción /AC un ruido enorme y no calienta. Las peores piscinas en las que he estado. Agua fría, sucia, a petar de gente. Niños saltando y gritando de los grifos. 37€ del ala que cuesta la terma romana y son dos chungas piscinas y una sauna casi doméstica y un baño turco con una tela de plástico con los córners llenos de moho. Alrededor hay nada y una central nuclear, se ve el humo al otro lado de la montaña. Fue tal error ir q eliminé la app de viajes que me lo recomendó. Quedarse en casa es mejor que pagar por eso.

El supuesto “balneario” deja mucho que desear y dista mucho de cumplir con lo que promete. El llamado “circuito termal” se limita a una única piscina, más parecida a la de un hotel de baja categoría que a un espacio termal propiamente dicho. El agua, fría y extremadamente clorada, no invita precisamente al relax. A ello se suman un par de jacuzzis y unos chorros de agua a presión que apenas justifican el nombre de circuito, pues no hay estaciones ni opciones diferenciadas que permitan una experiencia variada. Por si fuera poco, la falta de control en el recinto hace que los momentos de descanso se conviertan en una auténtica tortura si coincides con niños gritando y lanzándose al agua sin que nadie del personal intervenga. Lo que debería ser una experiencia de relajación se transforma en una hora interminable en un entorno caótico. El resto de las instalaciones no mejora la impresión general. Las habitaciones están descuidadas, con cabeceros rotos, calefacción que no funciona y niveles de limpieza claramente insuficientes. Las zonas comunes presentan un estado lamentable, con suciedad acumulada y sin un mantenimiento adecuado. La oferta gastronómica tampoco se salva: un buffet con opciones escasas, comida que se enfría rápidamente y una calidad muy cuestionable. Es una verdadera pena ver cómo un lugar con potencial y encanto ha caído en este estado de abandono y mala gestión. Una experiencia completamente decepcionante, sin duda para no repetir.