Usuario invitado
12 de noviembre de 2023
El hostal es básico y sencillo, pero muy limpio y a buen precio (mucho mejor que en el casco antiguo). La habitación era una doble para mí, con lo cual era espaciosa, más de lo que esperaba. La decoración y los muebles son antiguos, pero no estaban muy estropeados. Había aire acondicionado (funcionaba muy bien) y una televisión (que no usé). También incluye dos mesitas de noche, perchero, armario, escritorio y una silla. Había un enchufe cerca de la mesita y otro al lado del escritorio, lo que es de agradecer. El baño se separaba por una puerta fuelle y tenía una puerta y ventana que daban a una especie de galería. Había bidé, que no siempre hay, media bañera con ducha, lavabo y WC. También te incluía dos toallas por persona, pequeña y grande, jabón de manos y sobres de gel. Lo mejor de todo fue el recepcionista, que en cuanto llegué me hizo el registro y me invitó a dejar mi mochila para que no cargase con ella hasta la hora de entrada. Mi cuarto no estaba listo, porque llegué temprano, pero luego me dejó la mochila dentro y ya me dio las llaves. También me dio información turística y un mapa. Aunque no tenía tiempo de ver mucho, esto siempre viene bien y más con tanta amabilidad y simpatía. Para mí que llegué en tren, me venía genial la ubicación. Quizá para otros pueda estar algo lejos del centro, pero desde la avenida pasaban buses que te dejaban en la plaza de Zocodóver, en pleno centro. También hay buses nocturnos que te acercan desde la misma plaza a las horas en punto. Me dijeron que costaba 15 minutos andando, pero yo creo que era algo más. En lo negativo, que no hay ascensor (pero estuve en el primero). En la ducha, prefiero mamparas a cortinas, pero estaba bastante bien. En el cuarto no había ventana, pero no la eché de menos. Quizá se escuchaban bastante los ruidos de alrededor, pero como duermo con tapones, dormí bien. Por lo demás, todo correcto.