Usuario invitado
14 de septiembre de 2022
Al llegar a nuestra habitación, el aire acondicionado no funcionaba y las sábanas estaban sucias o manchadas. Así que nos trasladaron a una habitación/piso diferente, esto no es un problema tan grande, ya que es comprensible que sucedan cosas como esta. Tuvimos problemas con la ducha, especialmente por la noche, el agua solo salía hirviendo. Además, ocasionalmente el agua del inodoro y del lavabo saldría de un color marrón/amarillento. Aparte de eso, todo lo demás funcionó, el hotel estaba limpio y tranquilo a pesar de la remodelación exterior. El principal problema fue el servicio al cliente, o la falta del mismo, la recepción era mediocre y corriente. Hubo múltiples incidentes con un guardia de seguridad que nos trató de manera irrespetuosa, grosera y descortés. Esto se informó a la recepción y nunca tuvimos noticias de ellos, ni una disculpa ni una explicación de su comportamiento ofensivo. Personalmente, me sentí atacado e incluso inseguro. No hace falta decir que no volveremos a LQ Tegucigalpa, es una pena porque somos clientes desde hace mucho tiempo antes del covid, nos quedábamos meses cada vez que visitábamos Honduras. El único punto brillante fue Cristian en el restaurante, en nuestra estadía de 20 días, él fue el único que nos saludó alegremente cada vez y se tomó el tiempo para conocernos e incluso saber qué nos gustaba y nuestros pedidos. Hizo que nuestra estancia fuera un poco más agradable. Así que gracias Cristián.
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