Usuario invitado
13 de octubre de 2024
El hotel difícilmente podría tener una ubicación más céntrica en la Medina de Tánger. Está construido en el estilo tradicional de riad, con un patio y una fuente típicos, y está muy bien amueblado.
Los operadores son muy corteses, amables y serviciales si hay alguna pregunta o si algo no está bien.
El desayuno es definitivamente recomendable.
Hay que amar la ubicación en el centro de la Medina: hay mucha vida, hay distancias cortas a todo y estás en el medio de la acción, que apenas conoce momentos de tranquilidad. Puede haber habitaciones que "dan a la parte trasera" y a las que las características de la ubicación central de la Medina sean menos aplicables. Esto debería solicitarse antes de realizar la reserva si fuera necesario.
En definitiva, volveríamos al Palacio sin dudarlo.
Texto originalTraducción facilitada por Google