Usuario invitado
30 de septiembre de 2023
Servicio 1000. Limpieza 1000. Ubicación única a media cuadra de la avenida principal a la izquierda, a una cuadra de la plaza principal a la derecha, una peña buenísima al lado. La decoración hermosa, el jardín es un sueño, se puede almorzar bajo la pérgola y la glicina. La comida es de excelencia y muy económica. Lo elegiría siempre sin dudas. Me quedé en una habitación single estandar del piso de abajo, no se escuchaba ningún ruido, una paz! La ventana daba al jardín del hotel a un pino enorme y la montaña de fondo. Si tuviera que dar una crítica constructiva me parece que le falta una manito de pintura a las habitaciones o resolver de otra manera xq las paredes están algo marcadas por la gente. Las chicas de recepción están en todos y cada uno de los detalles, te buscan las excursiones y te ponen en contacto con la gente que las organiza, me pasaron el NRO de un señor q hace cabalgatas incluso individuales y fue una experiencia única! lo mismo la gente de comedor, espectacular y las chicas de limpieza limpian de a tres la habitación a fondo! De recibimiento me dejaron dos bomboncitos de nuez típicos (q se pueden comprar en recepción junto con naranjitas, mandarinas y cascaritas de limón bañadas en chocolate, los hace una señora de forma 100% casera) en la mesita de luz y me dieron una merienda de bienvenida entre las 6 y las 7. Ah! importante: el desayuno no tiene muchas opciones para gente que come sin azúcar o light, hay mermelada común, dulce de leche, queso untable, medialunas, pan, tortillas(una especie de galleta/bizcocho típica de ellos), galletitas de agua, solo vi galletitas de salvado, nada más. Hay yogur y frutas enteras, cereal azucarado y se puede pedir jamón y queso, para mí estaba genial pero la gente que come sin azúcar está un poco acotada. Me enamoré de Tafí y en gran parte fue por este alojamiento y su atención. Los extraño un montón!