Usuario invitado
21 de agosto de 2024
Antes de nada, tengo que agradecer la atención recibida por parte de Matthias, Guest Experience Manager del hotel, que nos recibió a la llegada y despidió a la partida y se preocupó de nuestro bienestar durante la estancia. Remarco la importancia porque en el hotel el personal no habla español y él sí. La pulsera de TI tiene una placa con un chip que abre la puerta de la habitación así como el acceso por los tornos desde el exterior del hotel. Es una muy buena idea que evita lo de andar con las tarjetas/llave habituales. Lo que menos me gustó del hotel fue la masificación, sobre todo en la zona de piscinas, siendo difícil encontrar tumbona, encontrándose muy pegadas unas a otras y sin espacio para transitar entre ellas. Además, a pesar de las advertencias del hotel, se continúan reservando hamacas. Es un hotel para familias, con muchos niños pequeños, algo a tener en cuenta si se va en otro plan. En las piscinas de adultos siempre había adultos y niños con hinchables, lo que entorpecía bastante. Otra cuestión que no me agradó fue el autoservicio de bebidas en los restaurantes, hubiese preferido el servicio por parte el personal (yo bebía cerveza y no conseguí echar bien una caña). Además, en el restaurante siempre faltaban cucharillas pequeñas para los postres. Los vasos para la bebida que se usan en zona de piscinas son de aparente cartón pero con contenido en plástico, por lo que no lo veo una opción muy sostenible. Veo mejor la opción de otros hoteles, los vasos de plástico duro reutilizables. Sí que había opción de adquirir uno de estos vasos para quedártelo, mediante abono de 8 levas (4 euros). Las habitaciones son correctas, hay caja fuerte sin cargo, tendedero en la terraza y llama la atención que en el baño hay productos Rituals (gel, champú, acondicionador, jabón de manos y crema corporal). Lo que no me gustó es que había bañera en vez de ducha. En cada planta hay varias máquinas de agua y café a disposición de los clientes, lo cual está muy bien. La zona de playa privada que tiene el hotel está un poco alejada de éste y también hay bastante gente. El hotel tiene tres restaurantes principales (de especialidad búlgara, italiana y española), un hindú, un chino, snack bar con servicio de hamburguesas, bar de playa con bocadillos, puesto de helados, pizzería... son muchas las opciones para comer. El buffet en general lo vi bien y abundante. Lo que probé de la animación del hotel también estuvo muy bien. Nada más salir del hotel, por cualquiera de sus salidas, hay múltiples tiendas de souvenirs, artículos de playa, bares, farmacias, supermercados...) y hasta una feria. En determinadas zonas está muy saturado de gente; después descubrimos lugares más tranquilos. Los ascensores, a determinadas horas están siempre ocupados, por lo que a veces es necesario usar las escaleras. Fue un pequeño problema el día que nos marchamos con las maletas, no quedó otra que esperar bastante. Tengo que decir que, en general, si bien al principio nos desmoraliza