Durante el mes de agosto visitamos varios puntos de Sudáfrica, por un lado la zona del Kruger, posteriormente Sun City, mas tarde Ciudad del Cabo y al final Hermanus. En Sun City nos alojamos en este hotel, llegamos un jueves por la tarde (ya de noche) procedentes de la zona del Kruger y nos encontramos con un sitio faraónicamente imponente. Lo primero fue hacer el check in y allí nos encontramos a una persona mas bien desganada y poco amable, pero esto no nos desanimó. Subios a la habitación y ésta a primera vista nocturna cumplía todo lo esperado. Una vez nos aseamos bajamos al bar del hotel donde ya estaba parte de nuestro grupo, al dirigirnos al camarero de la barra nos dijo sin ningún tipo de amabilidad que nos dirigiéramos a la camarera que estaba atendiendo las mesas, cosa que hicimos recibiendo el mismo nivel de cortesía de la camarera (de verdad parecía que le debíamos dinero). Como era tarde no pudimos cenar en el hotel y fuimos al centro comercial, hay un transfer cada 15 minutos que te lleva-recoge de las diferentes paradas a lo largo de la localidad. Al dia siguiente a las 7:30 de la mañana nos despertaron unos martillazos, y al abrir un ojo vi que nuestra ventana daba directamente a una zona de obras y que estábamos expuestos a las miradas de los trabajadores de esta. Los martillazos a media mañana se transformaron en martillo neumático a media mañana, era tal el ruido que tuve que posponer una video reunión. Hago un inciso para indicar que nunca entendí el motivo por el que estando un hotel casi vacío no dan habitaciones altas, y en este caso claramente con mas motivo. Fuimos a desayunar el buffet que está bien, pero las camareras que nos atendieron eran extremadamente desagradables. Como en todo, hay que hacer excepciones, por ejemplo las cocineras eran muy amables y alguna camarera del interior también, pero en concreto las que nos atendieron los tres dias en la terraza fueron muy desagradables, a demás de lentas a la hora de servir los cafés. A media mañana nos cruzamos con el concierge y le explicamos el problema de los ruidos pidiéndole que nos cambiara de ala del hotel pero nos explicó muy amablemente que la obra afectaba a todo el hotel y por tanto, íbamos a tener ruidos en cualquier parte. Cuando llegamos a la habitación nos había enviado unos bombones y una botella de vino. La piscina del hotel está bien, aunque el agua helada, lo dice uno del Cantábrico. También hay acceso directo andando (y está cerca) a parque acuático de Sun City, donde hay una piscina de olas grande y varios toboganes, todo muy divertido para los pequeños. Una vez que se hizo de noche y antes de ir a cenar al Hard Rock nos aventuramos de nuevo a tomar una cerveza en el bar del hotel, esta vez fueron un poco mas amables (poco) pero nos encontramos con que el precio que nos cobraron no era el de la carta de bebidas, tras varias preguntas que no iban mas allá de la curiosidad consiguieron descifrar que las cartas no estaban actualizadas y el precio q
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