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14 de junio de 2024
Hace mucho tiempo que no escribo opiniones pero este lugar maravilloso lo merece 100%. La atención es muy cálida, da la sensación de estar con puras “nonas” o abuelas cariñosas por la forma de atenderte, te muestran cada torta, queque, kitch, etc..cada una de las delicias y se muestran felices al ver tu cara de disfrute (todo está hecho con ingredientes de la zona y sin pesticida). El entorno es sublime, silencioso, sólo se escuchan los pajaritos. Está inmerso en un “bosque” de cítricos, sobre todo limones, con una vista al mar privilegiada. Las anotaciones son muy espaciosas y agradables, todo pulcro, impecable y con sensación a campo. Disfrutamos mucho de nuestro balcón sus sillas y repisaras tan agradable después de nuestros paseos por la Costa Amalfitana, que la recorrimos en un barco tour que paraba en Amalfi y Positano por 45 euros por persona. La dueña del hotel ha vivido toda su vida en la casa que se encuentra al lado del hotel y ella proyecta el amor que siente por el. En resumen todo MA RA VI LLO SO Muchísimas gracias Hasta siempre