Usuario invitado
10 de septiembre de 2023
Los edificios son muy bonitos y la gente es amable, pero parece que le falta calidez. Las habitaciones son grandes y limpias. Las camas miden 160 cm de ancho y cuentan con fundas estándar, que son demasiado pequeñas para dos adultos. Hay una bonita piscina con tumbonas alrededor. Hay dos puntos de agua para animales (salvajes) y vimos algunos chacales y (después del anochecer) un grupo de unos 30 ñus. Nos dijeron que también las cebras y los guepardos salvajes frecuentan los puntos de agua. Reservamos este lugar porque existía la posibilidad de alquilar bicicletas. Al llegar nos dijeron que las bicicletas no estaban en buenas condiciones. Hicimos la gira de guepardos, que estuvo bien. Como en otros lugares los guepardos nacieron en cautiverio y no cazan. Fueron alimentados esa misma mañana y estaban descansando. El conductor condujo su camión hacia los gatos para que se movieran, lo que me molestó. La finca pertenece al mismo dueño que el albergue, la gasolinera y la panadería a unos 7 kms. Sólo se acepta pago en efectivo pero si es necesario se puede pagar con tarjeta de crédito por la Granja en la estación de combustible. También hay un cajero automático en la gasolinera. En definitiva, un buen lugar para pasar la noche, pero podría ser mucho mejor. PD: REALMENTE vale la pena visitar la panadería.
Texto originalTraducción facilitada por Google