Etéreo, Auberge Collection

De los mejores hoteles que he ido, viajamos mucho nos gusta mucho four seasons, st Regis, pero nunca nos habíamos quedado en un auberge! Y etéreo superó nuestras expectativas. Sobre todo por la atención de todos. Queremos felicitar a Itzel nos hizo sentir en casa consintió mucho a mis hijos, súper detallistas. Pase mi cumple ahí y me sentí suero querida me felicitó cada persona del hotel. La clase de cocina con el chef Delfino una de las mejores experiencias que hemos tenido en familia. Fuimos a hacer snorkel al arrecife que era enfrente del hotel, José muy amable. El spa una delicia. La primera noche estaba un poco lenta la cocina y no lo dejaron pasar luis barba y todo su staff en los restaurantes merecen una felicitación. La comida deliciosa. Es un hotel donde lo espiritual está en cada detalle. Los cuartos increíbles estar dentro del manglar lo hace mágico, ver verde hacia donde voltees. La arquitectura inmejorable Mil gracias a todos por un fin de semana de ensueño

En un mundo donde muchos hoteles se enfocan más en el marketing que en la experiencia real, Etéreo logra algo excepcional: recuperar el alma perdida de la verdadera hospitalidad. Desde el primer momento, uno siente que la arquitectura, impecable y sobria, es solo el punto de partida. Lo que realmente distingue a Etéreo no es su diseño –que, sin duda, es espectacular–, sino la forma en que el lugar y su gente te hacen sentir. Aquí, el lujo no es ostentación; es atención. Es trato humano. Es anticiparse con calidez y sinceridad a lo que necesitas, sin que tengas que pedirlo. Etéreo representa todo lo que busco como huésped y que, tristemente, se ha vuelto difícil de encontrar: un servicio profundamente personal, genuino, que conecta. El equipo no solo conoce a sus huéspedes, se involucra con ellos. Hay un cuidado real, casi familiar, que se manifiesta tanto en una conversación como en cada platillo meticulosamente preparado, donde la calidad, el sabor y los detalles hablan del respeto que se tiene por quien lo recibe. Esto es lo que diferencia a un hotel que se dice de lujo de uno que realmente lo es. Y lo que separa una estancia más, de una experiencia que uno desea repetir. Si eres de las personas que valoran estas cosas –el calor humano, la excelencia callada, la atención real a los detalles y a las personas–, no lo pienses dos veces. Etéreo es un lugar al que, como yo, querrás volver una y otra vez. No solo con ilusión, sino con gratitud. Yo ya me siento invitado a regresar, con mi familia, no solo a este hotel, sino a cualquier otro de la cadena Auberge. Porque cuando algo está bien hecho, cuando toca el corazón, se queda con uno para siempre.

Etéreo es una experiencia que no te dejará indiferente. Es un hotel hermoso enclavado en medio del manglar, habitaciones inmaculadas, servicio personalizado, alimentos deliciosos; pero lo que más nos encantó fueron los colaboradores del hotel, quienes sin duda hacen la diferencia Prueben la cena de la abuela en Itzam, es una delicia! Las diferentes propuestas de actividades que tiene Etéreo son únicas y todas las que hicimos fueron maravillosas. El servicio de playa y alberca es espectacular, atento, puntual. Los chicos hacen un trabajo maravilloso. Tienen que probar el SPA de Etéreo, se llama SANA y es un lugar holistico, lleno de relajación. Salimos renovados!!! Para finalizar y no menos importante, agradecer a todos y todas las personas que conformar el personal de Etéreo y en especial a Óscar, Iván, al chef Carlos, a Charly y Daniel de albercas, a Indira de SPA y a nuestra concierge Itzel quien se encargo de todos los pormenores de nuestra estancia de una forma profesional y a un nivel muy alto de calidad Seguro regresaremos!!!

En general todo el conjunto del hotel-Restaurantes-amenidades funcionan muy bien

Es un lugar increible para descansar y vacacionar en familia o con la pareja.

Es una linda propiedad para adultos