Usuario invitado
8 de junio de 2022
Volvería mil veces más. Las habitaciones son amplias, cómodas y muy lindas, todas distintas, con diseño. Hay cafetera y café gratis. Los baños son limpios, cómodos, con bidet. Ofrecen shampoo, jabón (no hay crema de enjuague), secador de pelo, pantuflas, batas de baño (¡un montón!). Hay una cocina con heladera que se puede usar libremente. Hay espacios para sentarse a leer o descansar, ¡está todo lleno de libros! (hermoso). El desayuno es PERFECTO, imprescindible pedir el alojamiento con desayuno, ya que lo organiza la dueña, Rosa, quien hace de maestra de ceremonias presentando a les huéspedes entre sí. Hay fruta, jamón, quesos, bollería, untables, dulces, tés, cafés, jugo de naranja exprimido, huevos, de todo. Todo riquísimo. Carlo, el dueño, ofrece recomendaciones de qué hacer tanto en Sevilla como en otras ciudades y en la ruta. También nos ayudó a estacionar el auto a cincuenta metros del lugar, de forma gratuita y segura. El hotel está en el barrio de Triana, en una zona segura y tranquila, sin ruidos. Con muchas cosas interesantes para hacer, visitar y comer en la cercanía, y a una distancia más que razonable a pie del centro histórico de Sevilla. Pero lo mejor, sin dudas, son Rosa y Carlo, una fuente inagotable de cultura, conocimiento, buena onda y excelencia. ¡¡Gracias por una estadía inolvidable para siempre!!