Milica SRB
5 de mayo de 2024
Teníamos una habitación bonita y muy espaciosa en el noveno piso, con una hermosa vista a la montaña, tranquila y relajante. La limpiaban todos los días y las sábanas cada dos días. Hay un gran gimnasio que utilizamos a diario para ejercicios cardiovasculares y de pesas. Pagamos una habitación con desayunos y había muchas opciones, avena, huevos, jamón, batata, verduras, frutas, carne, arroz y fideos, pan, mermelada y mantequilla, cafetera, leche, yogur, leche de coco, jugo. ... es fresco y sabroso. La playa está frente a un hotel, arena bonita y agua clara, aunque con muchas olas, por lo que había un par de zonas para nadar cercadas con boyas. La gente vende mango, sandía y piña frescos en la playa, lo que resulta ideal para tomar un refrigerio saludable. Hay muchos deportes acuáticos disponibles, queríamos alquilar una moto acuática, pero el entrenador debía estar en la moto con los dos, así que nos dimos por vencidos. De todos modos, disfrutamos de nuestra estancia y volveríamos a elegir este hotel cuando estuviéramos en Sanya.
Texto originalTraducción facilitada por Google