El personal fue grosero y nada servicial. El equipo del restaurante parecía poco capacitado y se centraba más en sus operaciones internas que en la atención al cliente. Por ejemplo, en lugar de permitirnos pedir el desayuno temprano a través del servicio de habitaciones 24 horas que anunciaban, nos exigieron que lo hiciéramos la noche anterior y lo guardáramos en nuestro minibar, que, por cierto, no funcionaba. Pedimos huevos duros para un niño, y ambos llegaron crudos, lo cual era peligroso.
El personal de recepción, especialmente durante el turno de noche, mostró una total falta de consideración hacia los huéspedes.
La comida era buena, pero demasiado cara, y los tiempos y procedimientos de servicio eran ineficientes.
Como aspecto positivo, la habitación estaba limpia y la cama era cómoda.
Texto originalTraducción facilitada por Google