Usuario invitado
21 de junio de 2024
- Habitación (316), pequeñísima, no corresponde, en absoluto, a un hotel de 4 estrellas. - El caballete para dejar la maleta tapona la puerta dificultando el acceso a la habitación. - El armario es minúsculo, no tiene baldas. - Pequeño frigorífico encerrado en el armario. La temperatura dentro del armario sube llamativamente. - No hay butacas en la habitación En el escritorio con una silla (único asiento de la habitación) no es posible sentarse ni para escribir una nota ya que el televisor tropezaría con la cabeza. - Hay que desenchufar la TV para que se apague. Si no se desenchufa, permanece en la pantalla la imagen de un paisaje que, aunque no es muy luminosa, impide el oscurecimiento de la habitación. - La lamparita de la mesilla de noche (la otra no tiene lamparita) carece de interruptor: para encenderla y apagarla hay que enchufar y desenchufar el cable de la pared. - Los DOCE PULSADORES de luces, en la pared, sobre cada una de las incómodas mesillas de noche, son imposibles de entender y utilizar, más aún con la habitación a oscuras. - Hay un letrero de tubo de neón luminoso, de unos 50 cm, que compone la palabra "art" en una pared. Está medio sumergido en una maraña de cables negros y gruesos. El resultado estético es sucio y deplorable. - La puerta de la habitación (no hay doble puerta) permite la entrada de la brillante luz del pasillo por todo su contorno. - No hay banqueta para sentarse en el cuarto de baño. - Tampoco hay una superficie amplia, junto al lavabo, sobre la que dejar el neceser y los accesorios de higiene personal, solamente una repisa de cristal de unos 15 x 20 centímetros. - Aunque esta última observación depende ya del gusto personal y habrá quien no la comparta, en la decoración de todo el hotel, se aprecia una permanente obsesión por el diseño llamativo y de vanguardia que resulta poco agradable y algo estridente. LA HABITACIÖN CORRESPONDERÏA A UN HOTEL DE DOS ESTRELLAS, COMO MUCHO