Usuario invitado
10 de marzo de 2023
Es un hotel boutique dentro de la finca Colomé, la bodega mas antigua del país. El lugar es un paraíso, el servicio, la gastronomía y la atención excelente. Alfio estuvo disponible y atento a los detalles durante toda nuestra estancia. Las habitaciones muy confortables y bien decoradas, con increíbles vistas. La estadía incluye una degustación de vinos de la bodega y una visita al museo de James Turrell que es imperdible. Hay además circuitos de caminata bien señalizados para pasear entre los viñedos, pileta y gimnasio. Ideal para relajarse y descansar. Llegar lleva varias horas desde Salta o Cafayate por lo que al menos hay que quedarse 2 días. Lo único a mejorar es la conectividad, es muy limitada, la señal apenas llega a las habitaciones, y la velocidad es muy lenta.