Usuario invitado
12 de agosto de 2023
Mi esposa y yo tuvimos la oportunidad de pasar unas vacaciones solos y elegimos Son Penya por la ubicación, la arquitectura de la propiedad y la privacidad que ofrecen las "villas privadas" que constituyen aproximadamente el 50% de las 20 habitaciones de esta propiedad bellamente presentada. Aspectos destacados de nuestra estancia: -Tamaño, calidad del mobiliario, privacidad y vistas desde nuestra 'villa privada' (habitación nº 17) -Las impecables zonas públicas, incluidos los jardines -Personal amable y profesional tanto en el restaurante, la recepción como en todo el hotel en general. En particular, un gran "gracias" a Roberto, Sonia y Bárbara por su atención durante nuestra estadía y su disposición para escucharme y ayudarme mientras aprendo a hablar español. -Calidad y valor de la comida en el desayuno y la cena con una buena elección en el menú, así como algunas "especiales" cada noche. -El spa y la piscina. Una amplia gama de tratamientos disponibles y a un precio razonable. Podría ser mejor: -La consistencia de los platos en la cena. Comí el mismo plato dos veces durante nuestra estancia y la presentación/sabor fue mucho mejor la primera vez que lo comí. En general, una estancia muy relajante y agradable en una zona bellamente rural y virgen de Mallorca. Recomendaría tener un automóvil si desea explorar más allá del área inmediata y tomar una de las "villas privadas" más grandes, con sus propias piscinas, si busca total privacidad. Muy recomendable y sin duda volveremos.
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