Hotel Ripoll

Hotel céntrico con aparcamiento público en la calle, tranquilo y familiar, es un hotel antiguo pero renovado, personal muy amable y servicial; habitaciones y baños suficientemente amplias, limpias y confortables. El servicio de restaurante tiene menú que has de reservar con antelación ya que el comedor no es muy grande. Buena relación calidad/precio.

Hemos estado dos veces en este hotel, la valoración corresponde a la media de las dos estancias. El año pasado fuimos en família con un pack de "Fem país" y fue una experiencia bastante buena. La habitación estaba limpia y confortable, estuvimos 2 noches. El trato del personal lo recordábamos bueno. Por eso volvimos a reservar aquí y además recomendamos el hotel a unos amigos que vinieron con nosotros. En esta ocasión se mantuvo el buen nivel de la habitación, aunque faltaban toallas y una de las dos no tenía bañera... pero el servicio durante la cena no fue bueno. Había una camarera que no sabía que tenían de postre (había un montón de opciones para los niños y nos dijo que sólo había fruta...). El chico joven que parecía llevar la sala y la recepción fue más diligente (nos cambió dos platos que pedimos por error) pero parecía algo agobiado. Los segundos platos tardaron una eternidad y tuvimos que hacer turnos para llevar los niños a dormir. También nos pareció raro que llamaran a una de nuestras habitaciones para que pagáramos la cuenta de la cena (estando los niños dormidos), pues no recuerdo que fuera así el año pasado ni en ningún de los hoteles que he estado (lo normal me parece pagar al final los servicios...).

Fuimos con un paquete de Smartbox, en el que incluía, un coctel de bienvenida, un desayuno buffet y cena compuesta por primer y segundo plato a elegir, postre y copa de vino. Al llegar, empezaron nuestras sorpresas - Al hacer la reserva, solicitamos dos camas individuales. Nos dieron una cama de matrimonio. Una habitación pequeña, con una pequeña ventana, sin aire acondicionado. - No hubo coctel de bienvenida - El desayuno incluía: 1 rebanada de pan en un plato cubierto con papel film, 2 magdalenas y 2 trozos de bizcocho). Había una máquina para tostar el pan, que necesitaba 3 vueltas completas para ver el pan un poco tostado. Un desayuno pobre para un hotel de 3 estrellas. - La cena. Nos dieron escoger 2 primeros platos y dos segundos al llegar al hotel. Por la noche nos dijeron que fue un error, que era un primer plato a compartir y un segundo. Al terminar de cenar, la persona que estaba en la recepción nos llamó la atención por no pagar el agua y la copa de vino (que en teoría estaba incluida y nos cobraron 3.60 eur.) que nos tomamos. Le indicamos que en ese momento no llevábamos efectivo, y que subíamos a la habitación para poder coger dinero y pagar. Su cara fue todo un poema. Solo decir, que había un chico, que estaba en la recepción y también servía, que era todo amabilidad, al contrario que el otro señor.