Hotel La Rápita

Hemos pasado una bonita semana en el Medsur La Rapita. Cogimos la oferta dorada y nos seleccionaron este hotel en Sant Carles de la Rapita. La habitación grande, limpia y acogedora, camas y almohadas cómodas. El bufet variado y los platos bien cocinados. Lo peor la espera para entrar al comedor, no hay turnos y cuando el hotel está lleno te toca esperar un buen rato para entrar a comer. La piscina pequeña y se llena con gran facilidad, no es funcional. Lo mejor el buen hacer de la socorrista María, siempre pendiente de que no pase nada y de gestionar la no reserva de hamacas. Estuvimos en varias playas del pueblo, agua caliente y con poco oleaje, la mejor sin duda Les Delicies. También imprescindible visitar la playa del trabucador en pleno delta del Ebro con los flamencos al anochecer.

Viajamos con el imserso 10 días en Octubre. El hotel se encuentra a cinco minutos caminando de una playa muy bonita (la calle para ir a la playa es con algo de cuesta). En los alrededores había mucho sitio para aparcar (pero hay que tener en cuenta que estamos en Octubre) y el precio del parking era de 10 euros. La zona donde está ubicado, está bastante bien, ya que tienes a los alrededores supermercado, bares, playa y a un paseo está el centro y el puerto. El hotel, siendo bastante básico está bien. Una buena recepción, una zona de sofás a la entrada del hotel. una zona sala de juegos (de pago), cafetería muy amplia y con muchas zonas para sentarse. Todas las noches había musica, o bien de disco o en directo. Los precios, pues no están mal. Quizás el café lo encontramos un poco caro. Tiene una piscina en la primera planta, con tobogán, jacuzzi y zona que cubre poco. En Octubre estaba el agua fresca, pero se podía uno bañar. Me imagino que en pleno verano, la piscina se quedará un poco pequeña si se llena el hotel, pero la playa está cerca. El comedor es muy grande, Tiene dos zonas de bufet y por la noche abren la plancha. Había comida muy variada todos los días, bien preparada, reponían hasta última hora. Media hora antes del cierre, uno de los bufets (el que está a la entrada) lo cerraban, pero queda el otro abierto. Carne, pescado, guisos, arroces, fidegua, ensaladas, verduras... un poco de todo. Malo será que no encuentres todos los días algo que comer. Jesy es muy agradable y siempre con una sonrisa. La habitación muy grande, con dos camas de matrimonio. Tiene dos sofás (bastante cómodos), una neverita que enfría mucho, mesa de escritorio y televisión. La tele es bastante pequeñita y NO deja adaptar un ordenador para poder ver algun video de netflix o similar. No vamos a ver la tele (eso está claro), pero en horas muertas, cuando uno se cansa de leer o de pasear y te apetece ver algo que tienes en tu ordenador, pues aquí no se puede. La conexión wifi no es mala, aunque a momentos (me imagino que cuando se conecta todo el mundo a la vez) pues va muy lento. El baño aunque no es muy grande, si que es completo y con ducha, cosa muy importante y sobre todo cuando las personas que viajan tienen una edad. Si diré que en la habitación hay POCA luz, así como en el baño. Ahora que los leds dan tanta luz y que no son excesivamente caros, bien podían renovar las luces. No dejéis de visitar todo lo que es el Delta del Ebro... es una preciosidad.