Usuario invitado
9 de agosto de 2022
No tienen servicio de ayuda con las maletas y cobran a precio de Ritz. Los empleados (la hija de la señora de la recepción) del hotel son bastante torpes en su trato humano, así como se nota la falta conocimiento en el manejo de clientes. Comportamientos racistas con nuestra niñera, algo muy impropio de los seres humanos en pleno siglo XXI y en un sitio como este. Las habitaciones de las niñas pequeñas, viejas y justitas para lo que hemos pagado. Hemos pedido camas separadas, por correo, con la reserva y aún así, hemos tenido que pedirlo 3 veces una vez instalados. El desayuno es básico y sin aire acondicionado, hace un calor horroroso y al sol, con asientos de madera incomodos. El baño tiene una ventana sin cortina así que no tiene privacidad alguna. Dicen que tiene un gimnasio que consta de una cinta de correr, que cuando fui a utilizarla estaba ocupada por tres niños de 5 años aprox., gritando y jugando; y una elíptica que no funciona. El gimnasio no tiene aire acondicionado y está en el mismo sitio que el jacuzzi y el sauna sin ninguna separación física, así que el calor es aún mayor. Espero no volver en mi vida a este sitio.