Martaroh
17 de agosto de 2024
Una experiencia muy ingrata, la relación calidad precio es penosa. La infraestructura es impropia de un 5*, hay demasiadas habitaciones para unas zonas de esparcimiento ínfimas. Sólo el hall del lobby se salva porque es amplio y con materiales de calidades adecuadas, salvo porque tiene una fuente ornamental de tres platos decrecientes en el centro del hall... no sólo apagada, sino con agua estancada y con ligero mal olor (soportable, pero incómodo siendo el elemento decorativo principal y punto ideal para fotos). La cafetería del lobby es minúscula, y tiene una carta de productos bastante amplia... pero luego no tiene nada de lo anunciado y la excusa es que no le han subido nada más... En un 5*, uno espera que al menos tengan lo que dice la carta; pero vamos, al mismo nivel de exigencia que en cualquier negocio, uno espera poder pedir lo que se ofrece... pues aquí no. Que no tienen por qué ofrecer croissants, que tienen en el buffet, pero si los ofreces en la carta, pues sírvelos. Las piscinas, como el resto de espacios comunes del hotel, son ínfimas para el número de camas. Son dos, más la típica charquita circular para bebés. Dos, que podrían ser una, porque sólo hay un murete que las separa. Como decía una persona que estaba a nuestro lado, y que me hizo mucha gracia, si le meten otro murete ya pueden decir que el hotel tiene cuatro piscinas. Ya al llegar la cosa apuntaba mal, porque en recepción advierten que para pasar al comedor recomiendan ir entre las 13.00 y las 13.15h porque luego se satura... Y sí, se satura y no reponen la comida cuando se acaba (o al menos no a buen ritmo, y el cliente se va con mala sensación), y no es que sea muy variada ni esté muy bien preparada. El motivo... pues el mismo que en todo: no tienen infraestructura en el comedor suficiente para tantas habitaciones, con lo que la experiencia es ridícula. Recordemos que tiene 5*, como el Hard Rock (sí, sí, la misma categoría aunque parezca increíble). El pool bar... pues hay una persona atendiendo, que aunque van super rápido obviamente no dan abasto. Increíblemente rápidos, educados, pero con sólo dos manos y en un espacio para clientes muy reducido (el ancho no supera 1m, compartido por los aue hacen cola y los que la abandonan al ser servidos). No tienen grifos de cerveza ni de refrescos en autoservicio, sólo la típica máquina de cafés. Al haber sólo una persona para atender todo, es comprensible que sea un caos, con unas colas tremendas. Las bebidas alcohólicas, todo de marcas blancas, y los cócteles son todos de garrafa servidos por máquina. Se salva la cerveza, que es Amstel, y los refrescos son de Coca-Cola. El resto, lo que probamos llegaba justo al calificativo de pasable. No lo probamos todo, claro, pero lo probado quitó las ganas de probar otras cosas. El todo incluido, con comida tan escasa y pobre y bebidas de mala calidad y que no puedes consumir al ritmo que quieras, directamente no merece la pena. El vaso de la piscina (profundidad de en torno a 1,45 d